Historia
El 14 de agosto de 1961 fue fundado el barrio El Tejar de la localidad de Puente Aranda. El mismo día, siete años después, fue expedida la personería jurídica de la Junta de Acción Comunal, cuenta Mario Riveros, actual presidente y habitante de la zona desde 1978. "Para los años 70's en cabeza de la familia Hernández, la familia Zárate, de la familia Mejía, Pulido y otras cuantas que ya no están en el barrio, fueron los que tuvieron la idea que para las temporadas de diciembre, cuando se reunían en la zona verde, se hiciera una hoguera y compartir un caliente durante las novenas en el parque de la Manzana 19", cuenta Riveros.
En el año 1972 unas inundaciones que hubo en Bogotá ocasionaron grandes tragedias, "se hizo apertura de la primero de mayo, se complicó el tema de las vías, porque esto antes eran fincas, aquí se llamaba la finca La Esperanza", agrega. A raíz de esto, pensaron en simbolizar con la quema los recuerdos ingratos de ese año. "Así como nos gustaría hacer con este", afirma. Y así fue como surgió el Festival de Reyes - Quema del Diablo, un espacio familiar donde se hacían tertulias y se compartía un ajiaco, un chocolate santafereño o una agua de panela caliente.
Este evento era realizado por los habitantes del barrio El Tejar. La fiesta, considerada patrimonio inmaterial de la localidad, es celebrada a principios del mes de enero, donde simbólicamente los habitantes del sector dejan atrás las malas vivencias del año que termina para recibir los buenos propósitos del nuevo año. Durante más de 50 años consecutivos acompañó a varias generaciones, convirtiéndose en un ritual para los vecinos del sector y barrios aledaños, fomentando la unión familiar, los espacios de entretenimiento y cultura para niños, niñas, jóvenes y adultos, a través de las múltiples actividades, culturales, artísticas, recreativas y gastronómicas; una de las más representativas consiste en el recorrido de aproximadamente tres horas del ícono del diablo por las calles de los barrios Torremolinos, Alcalá, San Eusebio, Avenida Primera de Mayo, Ferrocarril, El Tejar, entre otros.
Conflicto
Riveros narra que en el año de 1972, "inicia la Quema del Diablo que siguió en manos de los vecinos que tradicionalmente en diciembre hacían sus caravanas y el punto de encuentro que reunía a unas ocho o diez familias" y para el año '85 hasta el '90, este evento reunía a 1500 personas anualmente. "Eso era muy peligroso porque lo hacían con pólvora tradicional o negra, hacían un muñeco vacío que rellenaban con trapos y pólvora", afirma. A mediados de los 80 's, inician las campañas sobre el uso de la pólvora. Las entidades públicas empezaron a tomar medidas de seguridad para el manejo de la misma. Sin embargo en El Tejar se celebraba sin falta el festival el 6 de enero el día que cayera. "Lo paseaban por todo el barrio en un carro hasta llegar a la Manzana 19. Tomaban aguardiente y cerveza, a la lata, cuando llegaba la quema del diablo todo el mundo estaba borracho, sin aislamiento, sin cinta, sin nada, eso eran voladores a diestra y siniestra", recuerda Mario.
La realización de este evento corría por cuenta de los habitantes del barrio El Tejar, "hacia el año 95 hasta el 2000, a pesar de las restricciones, el festival seguía realizándose con el mismo desorden y por decisión de los mismos vecinos se suspendió. La gente se dio cuenta que no había medidas de seguridad y se estaban generando intereses económicos", explica Riveros. Después, en 2005 la administración local de Puente Aranda, decide apoyar con recursos. Sin embargo este apoyo también generó conflictos y por decisión administrativa se dio fin a esta celebración. "No fue mucha plata pero siete millones de pesos en ese momento era plata", concluye Riveros.
En 2010 la Alcaldía Local de Puente Aranda, "dio continuidad a esta iniciativa con todas las medidas de seguridad y el apoyo del fondo local de cultura, que se llamaba en ese entonces,", afirma Riveros, buscando fortalecer las tradiciones culturales y patrimoniales, promoviendo los valores de convivencia, sentido de pertenencia y trabajo en equipo. "Llevaron artistas y grupos culturales de la localidad, contrataron fundaciones locales, personas jurídicas con representante legal", todo bajo la supervisión de la administración local.
De 2014 a 2016 la Junta de Acción Comunal del barrio El Tejar asume la organización del festival, "fue necesaria la expedición de los permisos con el IDIGER, sacar las pólizas de responsabilidad civil, manejar la pirotecnia con empresas, no con personas", afirma Riveros. Sin embargo en 2017, la nueva administración de Peñalosa resuelve que la JAC no tiene competencia para contratar los proveedores para el festival y la administración local contrata un operador logístico privado que permite la participación a grupos artísticos locales y apoyo a la logística.
Mario explica que "lo que se pidió para el evento es que el ícono lo hiciera la gente del barrio, la logística (enfermeros, socorristas, defensa civil) también debía ser gente del barrio, la seguridad se hacía por trámite de la Alcaldía Local y la JAC, para comprar la póliza y por último, los vendedores ambulantes (braseros, pipetas de gas) quedaron prohibidos. Eran muchas restricciones pero estaba muy organizado, afirma. "El evento era una feria de pueblo. El sábado había actividades para la familia, el domingo, se llevaban a cabo las finales de micro, volley rana, tejo, entre otras y la quema se hacía a las 8 de la noche que se transmitía en directo por los canales locales, y el lunes de nuevo a organizar el parque", finaliza.
En 2016 la comunidad de El Tejar radica un derecho de petición a la Alcaldía Local de Puente Aranda solicitando se cancelara la realización de la quema del Diablo por los barristas de los clubes de fútbol y la inseguridad que se generaba después del evento. En 2017, la administración local realiza la fiesta, con una propuesta más cultural y sin quema de pólvora, lo que generó desconcierto en los asistentes. "Inclusive a mi me causó sorpresa. A las 8 de la noche no hubo pirotecnia, era un muñeco de tela", recuerda Mario. "Este festival reunió para la quema del ícono hasta 8.000 personas de toda Bogotá, de todas las edades", afirma.
Futuro
El actual presidente de la JAC, explica que el festival de la quema del diablo se quiere realizar y reactivar como patrimonio cultural la localidad de Puente Aranda. Para esto explica que no debe ser focalizado, "cada año un barrio o sitio diferente". Sin embargo para él lo importante es que por la realización de este evento, las familias locales tenían una entrada a principios de año "para la compra de útiles escolares en enero", una economía vecinal que se generaba por la realización del evento desde el alquiler de la tarima, la venta de comida, "hasta el apoyo logístico que se le pagaba $50.000 pesos diarios a la persona."
Por su parte el Consejero Local de Arte, Cultura y Patriminio, por gestión cultural César Alarcón, afirma que "el consejo le apuesta a recuperar los proyectos tradicionales de la localidad como son la quema del diablo, el carnaval y los estímulos a la creación puentearandina". A pesar de que se haga a través de la Alcaldía Local por medio de un operador logístico, "lo importante es que se cuente con los locales para ayudarlos en su economía", afirma.
"Todos los proyectos actuales y los que estamos planeando, deben contribuir a la reactivación del sector cultural y a la economía local, empresarial y barrial. Estos proyectos ayudan a fortalecer los vínculos familiares, barriales y locales", finaliza Alarcón.
La quema del diablo
Fotos: Contacto TV