El museo de Bogotá abrió sus puertas por primera vez el 11 de julio 1969, cuando Carlos Lleras, presidente de la República, y Virgilio Barco, alcalde de Bogotá, inauguraron juntos el Museo de Desarrollo Urbano. Tenía entonces como objetivo principal dar cuenta de las evoluciones físicas de Bogotá: construcción de infraestructura, crecimiento urbano, cambios arquitectónicos, etc.
Después de un periodo de cierre, entre los años 1995 y 2000, el museo renació con un nuevo concepto más acorde con los modelos contemporáneos de museo de ciudad que venían emergiendo en otras capitales del mundo. Cambió su nombre a Museo de Bogotá y amplió su visión para considerar la ciudad como un fenómeno tanto físico como social y cultural, registrando también las costumbres y tradiciones de quienes la habitan.
En 2016, la administración distrital incluyó por primera vez al Museo de Bogotá dentro de las apuestas del Plan de Desarrollo, fortaleciendo su papel “como un vector de revitalización cultural de la ciudad y de la ciudadanía, para generar experiencias significativas sobre el fenómeno urbano, el territorio y la comunidad, a través de la investigación y preservación de su acervo, así como en la construcción de un relato sobre la memoria urbana y la ciudad soñada del futuro”.
Cada mes, miles de colombianos y extranjeros visitan el Museo de Bogotá para conocer esta ventana a la ciudad que les permite acercarse a las distintas facetas de la capital colombiana. Con expediciones, talleres, conferencias y visitas comentadas, sus sedes son mucho más que salas de exposiciones.
2018, el año de la renovación
En un constante esfuerzo por repensarse y renovarse para los capitalinos, el Museo de Bogotá cerró temporalmente el segundo piso de su sede principal, ubicada en la Calle 10 # 3 – 61. Durante varios meses serán adecuadas las salas con el objetivo de tener, por primera vez, una exposición permanente que permita construir, entre todos, una visión de la ciudad más compleja, participativa y propositiva. Esta nueva etapa del museo le permitirá convertirse en un espacio innovador para la reflexión sobre Bogotá, desde diversos ámbitos como la historia, la geografía, el patrimonio y la infraestructura, al igual que las narrativas y relatos de quienes habitamos la capital.
Durante la renovación, el público podrá ser testigo directo del día a día del proceso a través de las redes sociales, para ver de primera mano cómo se desmonta una exposición, cómo se adecúa cada sala y quiénes están detrás de un proyecto de tal magnitud