Bogotá, 29 de marzo de 2021. La memoria del arte colombiano, en general, y del arte bogotano, en particular, tendrá episodios escritos en la cuadrada tipografía de las imprentas, con letras de molde sacadas de la gráfica popular, y un nombre entre ellas recordándonos que la palabra como símbolo tiene el poder de transmitir ideas y acrecentar los horizontes de las conversaciones.
Antonio Caro (1950 – 2021), a quien hoy despedimos recordando su legado, supo que una palabra no es nunca sólo una palabra, que en nuestro lenguaje cotidiano está la semilla de todo lo que el mundo es capaz de significar, que nombrar es un acto que —cuando se hace con la mirada atenta, el asombro despierto, y la inteligencia alerta— revela los límites de nuestra comprensión y puede, por lo tanto, expandirlos.
Sus obras, que pueden verse en los Museos del Banco de la República, son conversaciones abiertas, invitaciones a que quien se planta frente a ellas dialogue, pregunte, interprete, y establezca así esa relación necesaria para que la creación mantenga cauces abiertos y sea fértil cosecha colectiva. Que las inquietudes que Caro atesoró y compartió sigan resonando en nosotros y sepamos responder a ellas con el espíritu dispuesto al juego y a la creación cotidiana que su vida y su obra nos enseñan. Que hoy sea más claro que nunca que en Bogotá TODOS SOMOS CREADORES.