
Por Nicolás Montero Domínguez
Los aniversarios son fechas que nos permiten reflexionar sobre lo vivido y celebrarlo. Bogotá está de aniversario, cumple 483 años de historia, y en ese tiempo hay millones de vidas que tejieron lo que somos, y millones de vidas que tejemos lo que será esta ciudad en el futuro. Este cumpleaños es una oportunidad para celebrar a la ciudadanía de Bogotá, para celebrarnos todos y todas desde nuestra cotidianidad creadora, desde nuestras búsquedas y nuestros hallazgos, desde las múltiples formas con las cuales sumamos al proyecto común de una ciudad que cuida, que acoge, que tiene la capacidad de imaginarse ante los desafíos del presente. Hoy celebramos que, con nuestras acciones, nuestra ciudad es imparable.
#BogotáImparable es la certeza de que ante cada reto, ante cada desafío, encontramos las formas de fortalecer los vínculos para encontrar los caminos que nos proyectan al mañana. Cumple años Bogotá en un momento importante de transición donde la ciudadanía juega un papel clave. La ocupación de las UCI y las jornadas de vacunación nos permiten poco a poco retomar el ritmo de vida que la pandemia modificó. Los escenarios culturales masivos, los conciertos, así como los teatros, los cines y demás escenarios de encuentro cultural y deportivo pueden volver a recibirnos, con un aforo limitado y manteniendo las medidas de bioseguridad, claro, pero su posibilidad nos invita a habitar de nuevo, desde el encuentro con los demás, con la fiesta, con el arte, las calles de Bogotá. Por eso esta celebración de los 483 años es especial: de alguna manera aprovechamos para celebrar el retorno a la vivencia de la creación en la presencialidad, aprovechamos para celebrar a cada ciudadano y a cada ciudadana que hace que esto sea posible.
Porque en el fondo, la posibilidad de reapertura, de reactivación, de recuperación económica y social del sector cultura, recreación y deporte está en manos de la ciudadanía, es la ciudadanía la que construye en su base a #BogotáImparable. Son los ciudadanos y las ciudadanas de Bogotá quienes desde el cuidado podrán garantizar que podamos mantener los escenarios abiertos y disponibles. Y son los ciudadanos y las ciudadanas de Bogotá quienes asistiendo, regresando, a su teatro, a su cine, a su café o a su galería favorita aportarán y sumarán a la recuperación del sector. Sabemos que contamos con cada uno y con cada una para que sea una realidad. Sabemos que la creación en Bogotá está más activa que nunca.
Eso merece celebrarse, y para estos 483 años hay una oferta nutrida y variada desde las distintas entidades que permitirá vivir el encuentro, alimentar el asombro y reconocer la belleza que en Bogotá se cultiva a diario. La invitación es, primero, a participar en ellas, asistir, conectarse, vivir la creación para que nos llevemos dentro todos los aprendizajes que entrega. La segunda invitación es aprovechar para recordar todo lo que hemos aprendido en esta pandemia: sobre el cuidado de sí y de los demás, sobre la importancia de la creación en nuestras vidas cotidiana, sobre las formas de solidaridad y de comunidad que construimos. Esos aprendizajes servirán y enriquecerán nuestra experiencia del mañana. Esos aprendizajes no podemos perderlos. Que sea esta la oportunidad de vivir la creación desde el cambio y la capacidad de reimaginarnos. Que sea esta la oportunidad de celebrar que seguiremos creando muchos años más. Que sea esta la oportunidad de demostrar que cuando trabajamos lado a lado, cuando creamos lado a lado, nuestra ciudad es, de verdad, #BogotáImparable.