
Por Nicolás Montero Domínguez
Secretario de Cultura, Recreación y Deporte
Bogotá es una ciudad para recorrer en bicicleta. Hace parte de nuestra vida cotidiana, hace parte del relato que construimos colectivamente y es uno de los orgullos que podemos compartir todos los ciudadanos. La ciclovía, las ciclorrutas, toda la infraestructura pensada para ellos, pero, sobre todo eso la disposición ciudadana, las ganas que ponemos en cada pedalazo, la decisión de optar por formas de movilidad más sostenibles, más saludables, más comunitarias. En esta nueva realidad, nuestra decisión de movernos en bicicleta ahonda en su enfoque de cuidado. Si antes era una decisión que nos aprovechaba a todos, porque significaba el cuidado del ambiente, ahora también es una forma efectiva de mantener la ocupación del transporte público en niveles óptimos para prevenir el contagio. Hoy, más que nunca, rodar en bicicleta por Bogotá es un acto cotidiano que vale la pena reconocer, agradecer, y resaltar.
Todas estas ventajas, las viejas y las nuevas, plantean en la nueva realidad desafíos muy puntuales, donde el foco tiene que estar en no perder lo ganado hasta este punto: mantener las medidas de cuidado mutuo que nos permitieron como ciudad atravesar el aislamiento preventivo y que ahora nos permitirán seguir habitando juntos las vías, los puntos de encuentro, los parques. Para esto hemos iniciado acciones que nos recuerden, que nos ayuden a no perder de vista, la importancia del uso del tapabocas, la importancia del distanciamiento físico, y, sobre todo, la importancia de estar atentos a los detalles, a los pequeños momentos donde por descuido podemos bajar la guardia. En este momento lo importante es seguir muy pendientes de todas las medidas necesarias para cuidarnos, sin miedo a habitar la nueva realidad, por supuesto, confiando en que tanto nosotros como los demás estamos poniendo toda nuestra disposición para que el encuentro sea seguro.
Esta semana reconocemos la movilidad en bicicleta. Esta semana celebramos ese acto cotidiano, ciudadano, que es elegir rodar por Bogotá en dos ruedas, con la fuerza de las propias piernas, en una metáfora muy bella de lo que significa ser bogotano. Esta semana agradecemos a todos los que se montan en la bicicleta, para movilizarse a diario, para hacer deporte, para pasar el rato entre amigos, porque nos dan pruebas evidentes de que otra ciudad es posible. Sigamos pedaleando, sigamos cuidándonos, sigamos avanzando hacia la Bogotá del siglo XXI con el optimismo, con la alegría, con la confianza que ponemos en cada mañana que salimos a pedalear.
Vamos a buen ritmo, que el destino nos reciba con la felicidad del camino recorrido.