Por: Sara Mozón
Tutora Estrategia Habitando: Cultura en Comunidad
En 1998 ocurrió uno de las mayores catástrofes naturales de Latinoamérica, en la UPZ 69 Ismael Perdomo, localidad de Ciudad Bolívar. La remoción en masa que generó el deslizamiento de las montañas de Altos de la Estancia dejó más de 3.000 familias que tuvieron que ser reubicadas en distintas zonas de Bogotá por quedar, algunas por segunda y tercera vez, desplazadas. El cerro se fue desplomando durante cuatro días seguidos: en la noche, la madrugada y la mañana, la gente tuvo que ir desarmando sus hogares e ir sacando como pudiera las partes de sus casas, algunas recién construidas, sus animales, sus bienes y sus familias.
Posterior a este desastre, y después de que los barrios El Espino I, San Antonio del Mirador, Santa Helena y Cerros del Diamante se perdieran entre los escombros que permanecen en el Parque de Altos de la Estancia donde hoy hace presencia Habitando: Cultura en Comunidad, las personas que habitaban estas montañas empezaron a rescatar sus tradiciones, donde sus saberes culturales alrededor de la tierra han jugado un papel muy importante conformando un espacio muy particular a lo largo del tiempo, pues ha sido gente de distintas regiones rurales del país que ha venido a poblar la ciudad, llenándola de todos los conocimientos que traen de sus territorios. Gente de Cundinamarca, Tolima, Pereira, Huila, Córdoba y Boyacá, entre otras conforman esa población variopinta, que mantienen una relación vital con la agricultura y que está marcada culturalmente por un acervo campesino íntimamente ligado al manejo agroalimentario de la tierra, por venir de un contexto en el que las personas encuentran su empleo y viven diariamente del trabajo con la misma.
Para Habitando: Cultura en Comunidad ha sido una grata sorpresa encontrar procesos de liderazgo en este territorio, que construyen diariamente una forma de apropiarse del espacio público que habitan, transitan y viven en sus calles, a través del cuidado del ambiente en los barrios de la parte alta del Parque Altos de la Estancia.
Es así como con este trabajo social también se está embelleciendo el territorio a través de líderes que tienen un vínculo profundo con la tierra, y que generan transformaciones en los vecinos mediante el cultivo de las huertas. La gente empezó a sembrar primero porque había mucha tierra vacía donde anteriormente estaban las invasiones que se sepultaron en los escombros de la remoción, y ahora porque es una manera de fortalecer y oxigenar la montaña.
Mediante la siembra de estas huertas se empezaron a generar pequeños nodos de autoabastecimiento entre los vecinos de los barrios de Santo Domingo y Santa Viviana, entre vecinos como Ciro Ortega y Rigoberto Llantar, que Habitando: Cultura en Comunidad ha acompañado en el territorio, fortaleciendo su organización, su trabajo con las huertas y capacitándolos para plantear mejor el trabajo de guardabosques, que han hecho en las últimas dos décadas cuidando sus cultivos y los árboles del parque. En Altos de la Estancia también hay procesos de liderazgos como los de Gilberto Rivera y Ana Huertas cuyo propósito principal es que el arraigo y el valor a la tierra sea algo que se trabaje en las generaciones jóvenes que hoy construyen y se apropian de este territorio, poniendo en práctica los conocimientos que se han adquirido y fortalecido con apoyo de instituciones como Jardín Botánico y el IDIGER. Así, los mismos líderes del territorio han construido programas de pedagogía ambiental que se desarrollan en algunas escuelas aledañas al parque, como el que se realiza actualmente en el Colegio de Sierra Morena Sede B.
Desde Habitando: Cultura en Comunidad se han fortalecido estos escenarios, dinamizando contenidos, actividades, prácticas y forjando esta gran idea que surge desde Altos de la Estancia para proyectarla a otros territorios de la ciudad.
En medio de todos estos vecinos, líderes como Humberto Oviedo y María de los Ángeles Bastidas han desarrollado procesos donde se busca fomentar una conciencia ambiental colectiva partiendo de la necesidad de proveer una alimentación sana, con el fin de brindar posibilidades de autoabastecimiento para las personas que trabajan la tierra y los vecinos del territorio, que además estén alejadas del uso de químicos y transgénicos, contribuyendo así a la re-naturalización de la tierra tan frágil del parque que hoy se está construyendo.
En el marco del proyecto Habitando: Cultura en Comunidad, hemos estado acompañado estos procesos sobre huertas comunitarias existentes y planteando posibilidades y alternativas para que la gente que tiene estas legítimas preocupaciones sobre su territorio pueda desarrollar un trabajo de mayor impacto, y su trabajo sea más visibles a los ojos de una ciudad, que a veces olvida el potencial y la belleza que permanece en estas montañas. Para Habitando: Cultura en Comunidad, Las huertas de Altos de la Estancia son una expresión de ese conocimiento práctico sobre la tierra, de ese acervo campesino que sobrevive en el tránsito del campo a la ciudad, construyendo también esa identidad variopinta y diversa de los habitantes de Bogotá, dándole un valor muy importante al uso y la conciencia de la tierra como eje de vida, a la resignificación del territorio y a la construcción de comunidad por medio de los intercambios de saberes que se realizan.
Habitando: Cultura en Comunidad, promueve la apropiación del espacio público y facilita el acceso de los liderazgos locales a los procesos de gestión para el mejoramiento de barrios desde el arte y la cultura.