La erosión es el desgaste que sufre la superficie de la tierra por la acción de las fuerzas naturales. Es una serie de procesos naturales, sean de naturaleza física o química que desgastan y destruyen los suelos y rocas de la corteza del planeta.
La erosión terrestre es el resultado de la acción combinada de varios factores, como la temperatura, los gases, el agua, el viento, la gravedad y la vida vegetal y animal. En algunas regiones predomina alguno de estos factores, como el viento en las zonas áridas como los desiertos de África, Australia, Medio oriente, Norte América y hasta en Colombia.
También, y mucho más en los últimos tiempos, se produce una erosión acelerada como el resultado de la acción humana, sus efectos se perciben en un periodo de tiempo mucho menor. Sin la intervención humana, estas pérdidas de suelo debidas a la erosión se verían compensadas por la formación de nuevos suelos en la mayor parte de la Tierra.
Los cambios que produce la erosión pueden ocurrir en cuestión de minutos, como sucede cuando toda la ladera de una montaña se viene abajo por un corrimiento de tierras. O puede ser tan lento como el desgaste que sufre la inscripción de una lápida antigua. Pero cual quiera que sea la velocidad o los métodos de erosión, su resultado es una constante alteración de la configuración del terreno.
El término erosión o desertización fue dado en 1.949 por un silvicultor (persona encargada de manejar y cultivar bosques), francés que trabajaba en África occidental para describir la destrucción gradual de los bosques de las zonas húmedas, vecinos al desierto del Sahara.
Comprobó cómo la flora terminaba desapareciendo y el área se hacía cada vez más desértica.
Sin embargo, hubo que esperar a los inicios de los años setenta, fue en esa época que más de 200.000 personas murieron de hambre como consecuencia de una gran sequía en la región localizada precisamente al sur del Sahara. De esta manera los organismos oficiales asumieron la necesidad inmediata de hacer frente al fenómeno de manera conjunta. Le tocó pues, a la desertización, el dudoso honor de ser el primer problema ambiental considerado de forma global. A partir de entonces, su riesgo es cada vez más inminente y las soluciones más difíciles.
A raíz de la tragedia, en 1.977 se organizó en Nairobi (Kenia) la Primera Conferencia Internacional de las Naciones Unidas para el Combate a la Desertización o Erosión donde se fijaron las líneas del Plan de Acción de Combate a la Desertización (PACD), que tenía como objetivo desarrollar acciones en un ámbito mundial. Pocas se concretaron y fue necesario esperar a que en 1.994, tras la celebración un año antes de la Conferencia de la Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente, para que la Asamblea General, aprobara los términos de la Convención de la ONU sobre el combate a la Desertización.
Tipos de Erosión
Para este tipo de fenómeno en nuestra tierra se distinguen dos tipos: la erosión natural y la erosión antrópica o causada por el hombre. A su vez, la erosión natural se subdivide en erosión pluvial y erosión eólica.
Tenemos entonces la erosión natural y su subdivisión a la erosión pluvial. Para explicarlo mejor se dice que una gota de agua es aproximadamente 1000 veces más grande que un grano de suelo. Por lo tanto, la fuerza del impacto de una sola gota de lluvia es suficiente para dispersar y arrastrar las partículas de suelo que encuentre a su paso. Así se inicia la erosión pluvial.
Al comienzo de una lluvia, millones de gotitas golpearán el suelo y arrastrarán sus partículas. Si la lluvia continúa, el agua se juntará sobre la superficie y aumentará la velocidad con la que escurre; se formará una red de pequeños canales que ,al unirse, irán formando otros más grandes, que luego se transformarán en surcos, zanjas y, finalmente, en zanjones muy grandes llamados "cárcavas" conocidos como hoyos.
La erosión eólica. Sucede cuando el viento, al soplar con fuerza, levanta las partículas de suelo y las mueve en distintas direcciones. En ocasiones, a través de un proceso lento, pero persistente, puede llegar a producir pozos o hundimientos que alcanzan varios metros de diámetro. También puede llegar a formar montones de polvo o arena sobre los terrenos productivos.
Como ya sabes, el ser humano es uno de los grandes causantes de los daños del planeta tierra. Una de las causas y daños es la erosión antrópica, en donde las prácticas de agricultura y ganadería inadecuadas fomentan la erosión. Existen las más frecuentes como:
- La realización de cultivos en cerros o terrenos inclinados, haciendo la labranza en el mismo sentido de la pendiente.
- La sobrecarga de un potrero con animales, lo que se traduce en la pérdida de su capacidad para regenerar hierba o pasto.
- La eliminación de vegetación en suelos de aptitud forestal, ya sea por medios mecánicos químicos o usando el fuego.
- La ocurrencia reiterada de incendios forestales en un mismo lugar.
Todas estas prácticas crean las condiciones para que el agua y el viento arrastren las capas fértiles del suelo e incluso provoquen daños a mayor profundidad, por escurrimiento o infiltración acelerada.