¿Alguna vez has escuchado hablar de las cuevas? ¿Sabes qué son? ¿Dónde existen y cómo se forman? Pues bien, déjanos que te contemos algo de ellas. Las cuevas son cavidades o espacios subterráneos, es decir, están y se forman debajo de la tierra, se encuentran en todo el planeta, y se han ido formando durante millones de años por la fuerza del agua.
Para muchas personas las cavernas o cuevas son sólo sitios de oscuridad y humedad. Sin embargo, cuenta la historia que cuando el ser humano llegó al planeta. Sus sitios de refugio eran las cuevas que los protegieron de los duros cambios del clima. En su oscuro interior, podrían estar a salvo de las tormentas, los rayos, el frío o de la nieve, de sus enemigos naturales e incluso durante el día del implacable rayo del sol. Además, muchas cuevas en el planeta son reservas naturales de agua.
Claro que antes de que el hombre primitivo hiciera uso de ellas, muchos otros grupos de animales (aves, mamíferos y reptiles entre otros) ya las tenían como residencia desde algunos miles e incluso millones de años. Existen cuevas volcánicas, de glaciares y formadas por la erosión, pero las más comunes son las de roca calcárea, que están constituidas por cal.
Cuando llueve, el agua se filtra a través de la tierra y si encuentra una roca muy suave llamada calcárea, comienza a desgastarla y a formar lagos o ríos subterráneos, estos erosionan la roca aún más y el agua que se filtra comienza a gotear por las rocas formando estalactitas. La mayoría de las cuevas tienen aperturas hacia la superficie, que permiten la circulación de aire, el cual evapora el agua y ayuda a crear las formaciones en la roca.
Uno de los motivos para que los animales usen las cuevas o cavernas como refugios consiste en la iluminación y según cuentan los expertos, existen tres zonas en las cuevas donde la ocurrencia de luz es distintiva: la primera es la zona de entrada, donde la luz solar es directa o indirecta, pero fuerte, y esto permite que se establezca la vegetación común al sitio que rodea la cueva y brinde calor a sus habitantes.
En esta primera "etapa" de la cueva se pueden encontrar algunos animales como, tejones, mapaches, osos, serpientes y otros, que aprovechan la frescura que brindan las cuevas, o bien pueden estar buscando alimento dentro de ella, puesto que mamíferos como los murciélagos habitan diariamente en ellas.
La segunda zona es la denominada zona de penumbra, la zona donde la luz es escasa pero no completamente ausente. La temperatura aquí cambia constantemente, casi igual que la externa, pero es más húmeda. Por ello en estos lugares es posible encontrar algunas plantas que necesitan de este tipo de luz y de esta humedad, como los helechos y musgos. Además en esos sitios se pueden encontrar diferentes tipos de insectos y arañas, entre otros.
La tercera y última es la zona de total oscuridad. Aquí la presencia de las plantas es imposible porque no pueden realizar la fotosíntesis. Los animales que pueden vivir en esta zona echan mano de grandes sistemas para poder orientarse dentro de esta gran negrura, como son los murciélagos y aves como los guácharos y vencejos. En Colombia hay muchas cuevas, que también sirven de refugio a murciélagos y algunas especies de polillas.
Es importante decir que las cuevas son ecosistemas tan frágiles, que cualquier alteración que sufran puede afectar de forma directa a la fauna que habita en su interior. Queda en nosotros proteger el patrimonio tanto arqueológico como biológico. Protegiendo estos santuarios naturales y artísticos podremos saber mucho de quienes somos.