Transversal a los programas anteriormente mencionados, se espera construir un equipo de monitoreo y medición de impacto de los distintas actuaciones territoriales del proyecto. La idea de la evaluación de impacto tiene que ver con cuantificar (con múltiples instrumentos e indicadores) los resultados de una intervención específica sobre una población y territorio puntual. En este sentido, esta evaluación supone un estado inicial y un estado final después de la intervención. La metodología de la evaluación de impacto se desarrolla con instrumentos in situ que se articulan a las actividades mismas de la intervención. De manera cuantitativa y cualitativa, logra construir los valores para cada uno de los ámbitos que se trabajan en la construcción de comunidad. En últimas, la pregunta por el impacto, es qué tanto, y en qué fases, se está construyendo comunidad en cada uno de los territorios intervenidos.
Los resultados de este ejercicio son insumos principales para el diseño futuro de intervenciones de la Secretaría con un mayor grado de comprensión técnica de entornos y prácticas culturales.
Poder entender cómo hemos trabajado en la “construcción de comunidad”, implica desagregar este titular en otros más cercanos a las prácticas cotidianas que encontramos en los barrios donde estamos. Es por ello que nuestro instrumento está divido en seis bloques que dan cuenta de las formas cómo una comunidad se hace fuerte y crea formas de trabajo y vida en común: demográficas, participación, organizaciones sociales, convivencia, espacio y movilidad y medios y lecturas. En este sentido, esta encuesta se aplicó en dos momentos de la estrategia Barrios Creativos —uno inicial y otro final—, buscando medir el impacto de las actividades en los distintos frentes. Quizás la clave para medir el impacto de una estrategia de este tipo, es poder tener universos similares de personas (cantidad de encuestados, sexo, edades, urbanizaciones, etc.) en cada una de las aplicaciones de las encuestas.
Así las cosas, en el proyecto Barrios Creativos se aplicó el instrumento en dos momentos, con un total de 240 encuestados y encuestadas, en 120 aplicaciones por cada momento. Paralelo a esto, se hicieron grupos focales en cada una de las urbanizaciones de vivienda para darle contexto a estas cifras.
Una de los primeros resultados que más llama la atención de esta medición de impacto es que la práctica de actividades artísticas aumentó casi el doble entre los encuestados. Esto dado el interés que despertó en la comunidad el trabajo de las iniciativas ciudadanas que acompañaron el proceso. También gracias al trabajo de las iniciativas, se encontró que más personas reconocieron tener prácticas tradicionales como el tejo, los tejidos, la siembra y la gastronomía; las cuales fueron vitales para activar procesos comunitarios.
Quizás parte del problema de la participación y el liderazgo en contextos comunitarios es que han sido procesos alejados de la mayoría de los habitantes. En este sentido, y como parte de la intervención de Barrios Creativos, se encontró en la medición de impacto que más personas están interesadas en procesos de participación comunitaria y, además, entienden cómo hacerlo (uno de los diagnósticos que daba la primera medición es que los habitantes no entendían cómo acercarse o hacer parte de procesos de participación comunitaria). De la mano con lo anterior, encontramos que un tercio más de los encuestados para el segundo periodo empezó a (re)conocer líderes en su barrio o territorio, además empezó a calificar positivamente el trabajo de estos.
Uno de las grandes sorpresas que encontramos con la medición de impacto fue la convivencia y el espacio público en estas urbanizaciones. En específico, se notó la disminución de problemas por usos de aceras, mascotas en el espacio público y peleas en el barrio. Adicionalmente, la calle —el espacio público— dejó de percibirse en un porcentaje importante como un lugar de miedo y peligro, para pasar a ser un espacio deportivo, artístico y cultural. Con esto, también llegó que una parte importante de los encuestados empezó a visitar barrios vecinos, como parte de las actividades de intercambio y de apropiación del territorio propuestas por el proyecto Barrios Creativos.
Consecuencia de lo anterior, los indicadores también mostraron que el uso y apropiación de espacios deportivos, casas comunitarias, centros de desarrollo, auditorio, entre otros, aumentó significativamente. De esto, vale decir que parte importante de la estrategia ha tenido que ver con cómo los habitantes aprenden a hacer uso de estos espacios (públicos y privados) por medio de proyectos, iniciativas ciudadanas y muchas formas de prácticas que puedan ser sostenibles en el tiempo.