Roberto Acuña Gómez es el representante puro de la idiosincrasia, de la inventiva ideal, del talento de aquellos artistas qué traen en la piel el conocimiento ancestral por sus propias vivencias. Pintor del patrimonio histórico de la localidad 18, vivió de primera mano el desarrollo de sus Barrios y el transcurrir de varias generaciones. "Racuñag", asi le llaman en el ámbito artístico. expone a diario sus obras en el corredor de la carrera séptima, ya que orgullosamente cuenta cómo a través de los años a logrado posicionarse en el espacio ubicado frente a la famosa "Casa del florero", en el centro de Bogotá.
La Hacienda los molinos icono patrimonial de su amado barrio, es uno de los motivos que se pueden apreciar en su obra. Diversas técnicas de dibujo y pintura exploradas desde lo empírico, permiten entrever su pasión por aquel objeto que está ligado a la historia de la localidad Rafael Uribe, aquel objeto que a diario se ignora por ser eso de lo que todo está hecho de lo que se construyeron nuestros barrios en Bogotá.
Estamos hablando del ladrilo. Ese compañero de la historia misma de miles de familias, al que nombra con profunda admiracion.
Con estas palabras el artista Roberto Acuña expresa algo de su manera de pensar:
"Un ladrillo... 35 por 16. representó al ladrillo crudo, sin raspar. El que era más grande que la actual. El ladrillo es en si mismo una síntesis de los inicios de todo. La historia del ladrillo viene desde la antigua Europa, desde 1500 allí ya se manufacturava el ladrillo de tamaño gigantesco, la torre de Babel. A latinoamérica lo introducen después de la conquista.
"Estos comentarios los realizo desde mi investigación empírica, no siendo experto en lingüística, escribo lo mejor que puedo. Estudié Sólo hasta quinto de primaria y el primero de bachillerato se quedo sin terminar. Todo por el dibujo, por el dibujo no seguí estudiando, la investigación sobre ladrillo la estoy realizando desde 1985 cuando con mi familia llegué al barrio molinos segundo sector e hice un boceto de la Casona y los Chircales, y luego me centré en la greda, el barro, los ladrillos, la gavera.
Lo cierto es que después de 30 años dibujando y pintando el territorio de Rafael Uribe Uribe, pude obtener un Lienzo. El papel o el lienzo, cuando están en blanco, hablan y piden ser intervenidos por el artrista. Un lienzo de 2.27 x 1.04 cm, lo canjeé por unos micrófonos a mi hijo Jeisson. En el año 2015 lo utilice para realizar la pintura llamada "el Revenir del Chircal".
Ya son varios años coleccionando dibujos, álbumes, y toda mi iconografía sobre las costumbres de los chircaleros, sobre su oficio manual, en el que puse mi atención para lograr una buena composición del color grisáceo de la greda y sus productos, La teja de barro, el ladrillo, las herramientas utilitarias del proceso productivo del barro.
Las viviendas eran construidas con el adobe crudo utilizado para el primer cuarto de sus casas, donde compartirían con todos sus familiares y animales. En esta pieza se cocinaba, planchaba y dormía, pero con amor propio para subsistir con la bajísima paga por cada 1000 ladrillos. Esto sin tener en cuenta la pérdida de ladrillo crudo por culpa de la lluvia, los ladrillos quemados o pachas, o los rotos, ya que estos nadie los compraría.
Escuchar historias es muy importante para mí. En 1999 en el barrio la esperanza, la gavera que la señora me mostró era muy pequeña, yo le pregunté por qué razón hay ladrillos más grandes y los suyo son más pequeños, me contestó "me toca hacerlos así porque el terreno es pequeño y moldeo más artos" todo fue desapareciendo y sobreviviendo solo en sus memorias.
Actualmente Roberto acuña sigue expresando atraves del arte su amor entrañable por el territorio en el que descubrio, desde su juventud, que su talento brotaria de muy dentro de si, independientemente e los recursos o las oportunidades.