La historia de los barrios El Paraíso, Mirador, Bella Flor, La Torre y Brisas del Volador se remonta a la violencia partidista de los años cincuenta, cuando campesinos provenientes de diferentes regiones del país llegaron a la ciudad en busca de un mejor futuro. Esas primeras familias campesinas se asentaron en la falda del cerro, en los que luego serían reconocidos como los barrios Meissen, San Francisco, Buenos Aires y Lucero Bajo.
Este territorio, en el que abundaba la fauna y la flora, fue parcelado y apropiado por terratenientes, que finalmente cedieron frente a la lucha de los primeros pobladores que se organizaron para acceder a la tierra y así construir sus viviendas. Los barrios se formalizaron gracias al trabajo colaborativo de líderes comunitarios, que crearon y fortalecieron organizaciones que se mantienen vigentes en el territorio.