
Hoy, 15 de octubre, conmemoramos el Día Internacional de la Mujer Rural, y celebramos la tenacidad y fortaleza de las que se levantan todos los días a luchar por sus sueños, de quienes tal vez deben caminar mucho tiempo para estudiar o tener acceso a servicios de salud, de quienes trabajan la tierra y producen alimentos para toda la ciudad, y de aquellas que se ocupan de la cultura y la apropiación de sus territorios, como Martha Villalba, líderesa de la vereda Los Soches en la ruralidad de Usme.
Martha es la creadora de la Escuela de Cultura Campesina en este sector y con ella ha logrado que las tradiciones de su territorio trasciendan a las otras generaciones “Este trabajo ha permitido que los niños, niñas y jóvenes quieran quedarse en sus territorios, además de conocer la cultura de este lugar para vivir de forma digna en el campo. Si no fuera por el trabajo educativo que hemos desarrollado, seguro ya no existiría este lugar y habría sido urbanizado”.
En Bogotá, según cifras del DANE (2019) hay más de 13 mil mujeres que viven en la ruralidad de la ciudad, en localidades como Sumapaz, Usme, Ciudad Bolívar, Usaquén, Santa Fe, San Cristóbal, Chapinero, Suba y Bosa, un total 122.000 hectáreas de las 163 mil que tiene Bogotá.
Según Martha, las mujeres rurales son muy diferentes a las urbanas, pues las del campo “tienen más amor por el territorio, contacto con el campo, el agua, todo lo que rodea al entorno rural. La mujer rural tiene más arraigo y conciencia del tejido social que se crea en este sector. Claramente, las mujeres rurales tenemos muchos obstáculos para acceder a la educación, salud, procesos de encuentro, pero eso no evita que luchemos por el territorio”. También asegura que en el campo el machismo es mucho más marcado que en la zona urbana de Bogotá, lo que hace que el género femenino luche día a día por un espacio y porque su voz y sus propuestas sean escuchadas.
Esta líderesa de Usme ha trabajado, junto con uno de los integrantes de la Escuela Campesina, en temas como la creación del Diccionario de la Jerga Campesina, que es un libro con más de 650 expresiones propias del campesinado, que resalta la tradición oral de la comunidad de Usme rural. Además, tiene una recopilación de siete leyendas de la Vereda Los Soches.
Igualmente, el aporte, según Martha, de la mujer rural a la cultura de Bogotá se basa en compartir la sabiduría, el amor y la defensa por el territorio, teniendo como eje el agua, “las mujeres rurales somos guardianas del territorio, del agua y de la vida”.