El Día Internacional de la Mujer Afrodescendiente se celebra cada 25 de julio, en conmemoración al primer encuentro de mujeres afrolatinas, afrocaribeñas y de la diáspora para visibilizar las luchas de las mujeres afro contra el racismo y la discriminación.
A propósito del Día Internacional de la Mujer Afrodescendiente, conversamos con Tatiana Obregón acerca de Kilombo Los Griots, iniciativa ganadora de la Beca Decenio Afrodescendiente.
Tatiana tiene 32 años, es una mujer zamba y madre soltera, quien reside actualmente en el centro de Bogotá. Al hablar de su historia de vida, queda claro que está marcada por una curiosidad infinita por el aprendizaje. Sus estudios dan cuenta de ello: Psicología, Licenciatura en Artes con énfasis en Música y Danza, Enfermería, Mercadeo y Ventas.
Pero hay algo que es característico en la conversación con Tatiana, y es su profundo interés por el conocimiento y la transmisión de los saberes ancestrales. “Soy una joven sabedora que se encuentra en un proceso de aprendizaje sobre partería, curandería, gastronomía afro, siembra, música, y artesanía”.
Tatiana hace parte de la agrupación Kilombo Los Griots, una propuesta artística y cultural ganadora de la Beca Decenio Afrodescendiente de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, SCRD, encaminada al reconocimiento y apoyo a las dinámicas socioculturales, económicas y organizativas particulares de las comunidades negras afrocolombianas del Distrito Capital, que se dedican al desarrollo de procesos artísticos, culturales y patrimoniales, en pro de la recuperación y transmisión de saberes y prácticas ancestrales.
Esta iniciativa se encuentra ubicada en la localidad de San Cristóbal en el barrio 20 de julio, en el suroriente de Bogotá.
Kilombo es una palabra proveniente de África, un lugar de encuentro para descansar, hablar, socializar, intercambiar y compartir. Para Tatiana “es un resumen de las peleas y las gestiones realizadas por cada una de nuestras maestras, liderando los derechos humanos de las y los afrocolombianos, que buscan el respeto y una vida digna para nuestra comunidad”.
La agrupación ofrece servicios de medicina alternativa y natural, que permiten la sanación de diferentes enfermedades, gracias a los conocimientos adquiridos de generaciones pasadas.
Para esta aprendiz mayor, hay un sentimiento nato por seguir las costumbres y respetar los saberes. Esto la ha llevado a encontrar personas conservadoras de las tradiciones y costumbres que hacen parte de la ancestralidad. “El mayor logro que he obtenido con esta iniciativa ha sido el poder compartir con los diferentes grupos sociales los saberes ancestrales, experiencias grandiosas que todos los días me llenan de motivación para seguir adelante”, precisa Tatiana.
En cuanto a la preservación de los saberes, Tatiana tiene muy claro que las matronas son su guía, quienes tejen sociedad y permiten afianzar las costumbres, en medio de los encuentros, del intercambio de saberes, de los eventos y de los espacios de sanación.
“Es necesario trabajar en conjunto por una sociedad libre de discriminaciones, fortalecida gracias a esas contribuciones que permiten reconocer quienes somos, qué identidad tenemos, que historia pasamos y para dónde vamos”.
Para Tatiana ser mujer afrocolombiana “es un todo, donde puedo fortalecer mi identidad, conservar las tradiciones de una forma más firme y con mayor convicción. Por esta razón las y los invito a que conozcan de las maravillas y múltiples costumbres que existen de nuestras hermosas tradiciones”.
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