La experiencia tiene un componente patrimonial muy fuerte no solo por la memoria inmaterial de los obreros de la Empresa Bavaria sino por el componente ideológico que contiene, ya que antes de desarrollar el festival, las chicheras y chicheros siempre visitan Guatavita para hacer un ritual Muisca de la Bendición del maíz con el que hacen la chicha y la misma chicha que pone a la venta. En las 22 versiones han integrado presentaciones de las diferentes áreas artísticas, como la construcción de caravanas infantiles de los hijos de los chichero y chichera con trajes significativos muiscas. Actualmente no tiene el mismo potencial de hace unos años atrás, pero se considera patrimonio inmaterial para sus gestores. Como la comunidad del barrio lo menciona no es solo un festival, es la construcción y transición de oficio de la chicha entre las generaciones.