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Boletín No 6. junio de 2015 |
EDITORIAL¿Por qué la ley de la seguridad social del artista no logra ver la luz? Bogotá ha apoyado la fórmula, que después de muchos estudios, lograron establecer los Ministerios de Trabajo, Salud y Cultura para lograr la inversión de los recursos para la seguridad social de artistas y gestores culturales provenientes del 10% de la estampilla pro cultura. Si bien no ha dejado de haber pronunciamientos contrarios a la fórmula propuesta (este mes de junio grupos en las barras del Senado manifestaron su desacuerdo), la SCRD, a través de su Dirección de Regulación, ha realizado desde 2012 talleres y mesas de trabajo para analizar y concertar las posibilidades que se le abren a los recursos que fueron establecidos hace dieciocho años con la promulgación de la Ley General de Cultura (397). Consideramos que la propuesta consignada en el proyecto 084 de 2014, además de ser un reconocimiento focalizado en los más vulnerables, que parte por reconocer que hay personas que contribuyen al patrimonio cultural de la nación y tienen serias dificultades de integrarse al sistema de pensiones, con las exigencias para su correcta distribución (censos e inscripción previa en el Sisbén), contribuiría a la formalización del sector, teniendo en cuenta las características propias de una labor que en gran parte del territorio colombiano continúa siendo una actividad social más que profesional. De acuerdo a cifras de la Asociación Colombiana de Actores, ACA, solo el 50% de ellos cuenta con un título y apenas el 10% con una maestría. Lamentablemente el pasado viernes 20 de junio, el proyecto naufragó por falta de convocatoria por parte de la Cámara de Representantes a la comisión que debía surtir el último trámite consistente en la conciliación del texto que había surtido los 4 debates. El miércoles 17, el proyecto fue aprobado en el Senado en último debate. Ese mismo día ya el Presidente de la Cámara había viajado a Chile. La seguridad social en salud tiene cobertura universal en el Estado Colombiano, y su prestación es obligatoria todos los ciudadanos. Nuestro ordenamiento jurídico cuenta con una normatividad que busca que todos los colombianos gocen del beneficio del régimen de seguridad social en salud, a través del régimen subsidiado o del régimen contributivo. Los Ministerios del Trabajo y de Cultura habían trabajando en la construcción de un nuevo decreto que reglamentara el uso de los recursos de la estampilla, orientándolos hacia el otorgamiento de subsidios económicos para creadores y gestores culturales. Sin embargo, en el largo camino se encontraron inconvenientes operativos, técnicos y legales que plantearon la necesidad de trabajar en la formulación de un proyecto de ley que modificara la Ley 666 de 2001 (y en consecuencia la Ley 397). De esta manera creadores y gestores culturales contarían con una contribución suplementaria para complementar la pensión y el ahorro, que se sumaría a los beneficios de los programas para el adulto mayor ya existentes. Se calcula que entre 3.500 y 5.000 personas se beneficiarían del subsidio complementario, recibiendo cerca de medio salario mínimo adicional, así como una porción para estimular el ahorro. En el país, para 2011 el recaudo era de $83.665.637.950 millones. En Bogotá el recaudo se inició en 2002 y trece años después se han recaudado por este concepto $9 mil millones que están en los bancos a la espera de la reglamentación de la Ley 397. Sin embargo, el proyecto que permitiría desbloquear la distribución del recaudado de la estampilla, y los demás procesos conexos, no logró concluir los trámites necesarios. Se espera que en la próxima legislatura se radique con un mensaje de urgencia para que se adelante un deber conjunto de Cámara y Senado. En Bogotá Humana, se ha trabajado en avanzar en la garantía de las prácticas del arte, la cultura y el patrimonio desde la primera infancia como un derecho de todos y parte de una educación formal de calidad. Sin duda, las políticas culturales en Bogotá en los próximos años, deberán fortalecer la organización, el emprendimiento y la profesionalización del sector. En Francia, país cuyas políticas culturales han impactado tanto las nuestras, año a año las subvenciones especiales para artistas y agentes del sector, son constantemente amenazadas. Como con otros proyectos de Ley que fortalecen el sector, debemos perseverar, a ver si no nos gana la Copa América. Clarisa Ruiz – Secretaria de Cultura, recreación y Deporte. El terror también azota en junio Así como celebramos avances contra la discriminación en el mundo, no podemos dejar de mencionar con dolor e indignación los atentados contra personas y el ambiente que ensombrecen diferentes países. Uno fue un ataque racista, otros han derivado en daños inconmensurables a ríos y fauna. La violencia de este pasado viernes es la misma sombra que envuelve principalmente a Irak, Afganistán, Pakistán, Nigeria y Siria. Todo ello interpela la dimensión cultural, entendida de una manera expandida, más allá de la restringida oferta cultural en la que pretenden encasillarla. Las políticas culturales han sido herramientas de poder para los gobiernos, de un modo u otro, como instrumentos de normalización e institucionalización nacional, o de regeneración. Sin desistir de su compromiso con la producción, las institucionales culturales tienen un compromiso con la construcción de una cultura de paz en el mundo. ¿Cómo hacerlo sin comprometer el principio del arm's lenght, sin comprometer las autonomías y la independencia, sin dejar de abrirse a la participación de manera cada vez más concreta? He aquí uno de los retos de toda política cultural. CELEBRACIÓN
INFRAESTRUCTURA CULTURALMás allá de la infraestructura, una necesidad básica.
Resulta evidente que este conjunto de proyectos de infraestructura responden a necesidades mucho tiempo aplazadas. El esfuerzo actual va mucho más allá de ser una respuesta a procesos de regeneración y competitividad urbana o de monumentalización. Lo que se propone actualmente está relacionado con los objetivos del Plan Maestro de Equipamientos Culturales para establecer criterios culturales para el ordenamiento territorial del Distrito Capital que permitan orientar la construcción culturalmente significativa del territorio, aumentar la apropiación cultural, social e institucional de la infraestructura cultural y proveer nuevos escenarios adecuados para la creación y desarrollo de proyectos colectivos de comunidades y sectores de la ciudad. Los diagnósticos nos muestran que el desarrollo de la infraestructura cultural y deportiva está rezagado y la ciudad, que llega ya a los más de nueve millones de habitantes, urge de atención en este frente. Reto muy difícil si se piensa que la ciudad emprende la construcción del Metro y para los próximos años, legitimar los esfuerzos en infraestructura cultural va a requerir de espíritus que reconozcan esa dimensión cultural del territorio y la necesidad básica de cada comunidad por contar con espacios culturales. La LEP se abre a las posibilidades del CIRCO en Bogotá. El pasado mes de mayo, el Comité de la Ley del Espectáculo Público, autorizó al IDARTES la adquisición de dos Carpas de Circo que tienen como objetivo apoyar las alianzas con las localidades, las organizaciones circenses y la Universidad Distrital con el fin de que en el Centro Cultural de la Aduanilla de Paiba (antiguo Matadero) y en la Facultad Tecnológica las agrupaciones de Circo tengan un espacio para sus presentaciones. Este hecho busca ser un impulso para la creación y la práctica del Circo en la ciudad. El elemento de dotación hace parte también del impulso a la creación de nuevos cupos para la educación tecnológica y superior que ha propiciado Bogotá Humana con el presupuesto de 2015. En efecto, se trata también de aunar esfuerzos con la Universidad Distrital para encaminar diplomas en los campos de la producción escénica, la administración de escenarios y de las artes de Circo (sin animales, sobra decirlo?). NOTICIASLa Orquesta Filarmónica de Bogotá, desarrollando su ecosistema.
Hallazgos que no han sido subestimados en el paseo real de Bogotá
Esta propuesta incluye un nuevo concepto museológico para la ciudad de Bogotá. Se instalarán Ventanas Arqueológicas que exhibirán una muestra de los rieles del tranvía eléctrico que, hasta 1948, recorrió la también llamada “Calle Real”. La instalación de estas “ventanas arqueológicas” -que serán elaboradas con materiales antideslizantes para garantizar la seguridad y movilidad humana- corresponde a una apuesta del Museo de Bogotá por preservar la memoria histórica de la ciudad ampliando su colección a cielo abierto. De los 131 metros de rieles excavados para la peatonalización, 21 serán expuestos in situ con las Ventanas, 44 serán trasladados a museos para convertirse en material de estudio o de exposición y 66 volverán al sitio de donde fueron extraídos después de que les sean realizadas las pertinentes labores de conservación. En La Séptima, eje neurálgico de la historia de nuestra ciudad, también se encontraron otros materiales: líticos, cerámicas, lozas, monedas y hasta canicas. Los elementos están siendo integrados al plan de conservación adelantado por el Museo de la ciudad de Bogotá. Más de 10 millones de recursos digitales a la disposición de los afiliados a Biblored
DEBATE¿Muerte digna o prolongación de la vida?
Para continuar con este ejercicio crítico, el próximo domingo 5 de julio a las 10:00 a.m. en la biblioteca pública Virgilio Barco (carrera 60 No. 57- 60), se realizará la segunda sesión con un tema que está en las preocupaciones de la sociedad actual en el mundo: muerte digna y prolongación de la vida. El debate girará en torno a preguntas como: ¿Qué significa morir dignamente? ¿Cuál es el marco legal en Colombia y en el mundo? ¿Qué significación tienen desde un punto de vista ético, emocional y profesional, estas nuevas posturas, para los pacientes, sus familias y para el cuerpo médico? Seguramente surgirá, entre otros temas, la discusión alrededor del manejo del dolor, la prolongación de vida, la eutanasia pasiva y activa, los cuidados paliativos y el suicidio asistido. Los invitados, en esta ocasión, serán Claudia Agámez, médico especialista en dolor y cuidados paliativos; Gustavo Quintana, médico, ex-jesuita y egresado de la Universidad Nacional; Eduardo Barrera, filósofo y director del Instituto de Bioética de la Pontificia Universidad Javeriana; y Johan D'Halleweyn, consejero de la Embajada de Bélgica en Colombia y cónsul Belga en Colombia. La Biblored es un ámbito para el encuentro con el conocimiento a través de la lectura, el audiovisual y la palabra. Por esta razón, proponemos debates en los cuales abordamos temas que inciden en nuestro entorno cultural, en nuestros hábitos y valores. El gusto por movilizar la argumentación crítica sin violencia debe estar a la base de una sociedad democrática y en paz. El próximo debate será: ARTE en el espacio público: ¿Quién decide? Salón de Debate Nuestro invitado es Jorge Volpi, escritor mexicano y uno de los intelectuales más reconocidos de Hispanoamérica. En esta entrevista, Volpi habla sobre el futuro y el presente de la cultura. Volpi hace una defensa de las prácticas culturales y lanza una alerta al sector educativo para que no olvide su papel en la preservación de la creación. “¿Hay que defender la cultura? La respuesta es un decidido sí, siempre y cuando se trate de defender aquellas prácticas culturales que no podrían sobrevivir si dependiesen sólo de las leyes del mercado. Los ideólogos neoliberales insistirán en que se trata de una protección artificial y volverán al argumento de que, si no pueden sobrevivir por sí mismas, lo mejor sería dejarlas morir en paz: a fin de cuentas así se esfumaron la poesía épica o los valses de salón. El argumento resulta doblemente tramposo: si dejáramos que las puras leyes de la oferta y la demanda determinen todas nuestras prácticas culturales, condenaríamos a la extinción -o a la irrelevancia- a disciplinas artísticas completas e impediríamos que el público tuviese siquiera la capacidad de decidir y modelar sus gustos” “Si la educación formal no se encarga de proporcionar elementos a los niños y jóvenes para que aprecien las distintas manifestaciones artísticas y culturales, de la poesía a las series televisivas y de la música clásica al cine, jamás tendremos un "ecosistema" propicio para la creación. Es allí, en la educación formal y en especial en la educación pública, más que en cualquier programa de fomento a la lectura o a las demás artes, donde el Estado tendría que valerse de todos sus recursos. Un sistema educativo pobre, en donde la cultura es vista como accesoria o como un mero entretenimiento, jamás dará paso a ciudadanos capaces de elegir conscientemente aquellas manifestaciones culturales que en el futuro estarán dispuestos a sostener con sus propios recursos” (fragmentos tomados del sitio web El Boomerang). |
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