Es un deportes que te conduce a conocer “las entrañas de la tierra”. Es decir, es un deporte extremo encargado de la exploración de cavernas.
Los lugares en donde actúa el espeleólogo son las zonas más desiertas e inhóspitas del mundo, pues en las profundidades de nuestro planeta llega prácticamente a desaparecer la vida animal. Unicamente se encuentran pequeños seres que se acostumbran a estar en la completa oscuridad.
Dentro de una caverna, puedes encontrar grandes nidos de murciélagos, infinidad de insectos, se encuentran también, especies como arañas, alacranes, guácharos, peces, reptiles y muchas más criaturas que pretenden encontrar en ellas, un refugio natural dentro de un mundo de oscuridad y belleza que pocos han podido descubrir.
Esta fascinante aventura permite relacionar las ganas de riesgo con la exploración de lo desconocido, que puede llegar a haber a cientos de metros bajo tierra. También permite contemplar la belleza de la naturaleza adentro de una caverna, convirtiendo así una fascinante experiencia espiritual y de respeto.
En las cavernas que explores podrás experimentar el frío y la fatiga, factores que harán que se dificulte tu caminata. La práctica de este deporte exige un gran esfuerzo y resistencia física. Al sumergirse en una sima, el espeleólogo se mueve en lo desconocido: se encuentra en un terreno, que la mayoría de las veces nadie ha explorado, dispuesto a brindarle el tesoro maravilloso de su belleza y la tranquilidad de su silencio.
Dentro de las cavernas se pueden hacer diferentes actividades como: escalar, rapel (descenso con cuera por superficies verticales) buceo y torrentismo (rapel con caídas de agua). Además se suelen atravesar obstáculos tan divertidos como: pantanos, fango, estrechos de 50 a 70 centímetros, salones con poco aire, saltos al vacío, y muchas más aventuras de alto impacto.
Para practicar este deporte, es necesario armarse de clavos y escaleras de cuerdas, y sobre todo un casco, que tiene una pequeña linterna en la parte frontal. También se necesitan buenas botas que te sirvan para caminar sobre rocas y pantanos.
La espeleología en Colombia
La historia espeleológica en Colombia inicia desde hace más de 200 años. Sin embargo, la exploración y el conocimiento de la existencia de los sistemas subterráneos se remonta a la época prehispánica, en la cual diversas comunidades, entre ellas la muisca, guambiana e ingas, hacían uso constante de las cavidades, cuevas y cavernas de las zonas en las que habitaban.
Hasta el año de 1.801, con la visita al Puente de Icononzo, la Gruta de Alfonza y la Cueva de Los Ladrones, en el departamento del Tolima por Humboltd y Gross, se realizó la primera descripción de un sistema rocoso subterráneo en el país.
A partir de estos primeros exploradores, se desencadenó un número significativo de exploraciones a una edad muy temprana de nuestra nación. Dentro de las exploraciones a resaltar en esta edad temprana, están las de Manuel Ancízar, al describir los cementerios indígenas ubicados en diversas cavernas de Santander, y la primera descripción del Hoyo del Aire en este mismo departamento.
Continuaron las exploraciones de Manuel Vélez en el año de 1.884 y Liberio Zerda en 1.885 de los sistemas subterráneos de Moniquirá y la cueva del Páramo respectivamente, ambas en el departamento de Boyacá.
Durante más de cincuenta años los sistemas subterráneos estuvieron ausentes del imaginario del país: Pocos exploradores tenían en mente redescubrir la espeleología colombiana de manera que se presentaron muy pocas exploraciones de relevancia, estas fueron llevadas a cabo por Salas en 1.937 quien describe la Cueva de los Guácharos en el Huila, y en 1.938 por el maestro Luis Cuervo Márquez, quien describe la geología del Hoyo del Aire en el municipio de Vélez, Santander.
La espeleología colombiana resurge a partir del explorador Wenceslao Cabrera, quien recorrió durante más de treinta años los departamentos de Santander, Tolima, Huila, entre otros, caracterizando nuevos sistemas subterráneos para la ciencia y el país. A partir de él y en paralelo a los trabajos realizados por este explorador, nuevos espeleólogos, tanto nacionales como internacionales, se sumaron a la iniciativa de estudiar, descubrir y conservar los sistemas cársticos (rocosos por donde se filtra el agua) y subterráneos a lo largo y ancho del país. Entre las exploraciones de resaltar en las últimas tres décadas están las realizadas por grupos internacionales.
Estas exploraciones no sólo fueron del lado científico. También han sido escenario para la práctica de deporte extremo, donde los aventureros siempre van en busca de nuevos y exigentes espacios, para establecer metas que se dificultan tan ilimitadamente como la imaginación y para el arrojo de quien se enfrenta a tan fuertes experiencias.
Para practicar este tipo de deporte, es necesario que los Bogotanitos vayan en compañía de sus padres o adultos responsables, puesto que es un deporte de impacto extremo, donde la oscuridad y el silencio rondan totalmente su ejercicio.
Si quieres conocer una cueva y cerca a Bogotá, puedes ir a las cuevas de La Calera. Para más información: Teléfonos 320 2498509 o 300 5580824.
La Espeleología