Pasar al contenido principal
Logo Gov.co
Escudo Alcaldía mayor de Bogotá, Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, y Marca Bogotá
  • Sigue a Cultura en Bogotá en Facebook
  • Sigue a Cultura en Bogotá en Twitter
  • Sigue a Cultura en Bogotá en Instagram
  • Sigue a Cultura en Bogotá en YouTube
SpanishSpanish
SpanishSpanishEnglishEnglishFrenchFrenchGermanGerman
Inicio
  • Actualidad
    • Agenda Cultural
    • Noticias
    • Sala de prensa
  • Convocatorias
    • Programa Distrital de Estímulos y Apoyos Concertados
    • Banco de Jurados 2021
    • Ayuda y manuales
    • Preguntas frecuentes
  • Transparencia y acceso a la información pública
  • Atención y Servicios a la Ciudadanía
    • Trámites y servicios
    • Peticiones, Quejas, Reclamos, Sugerencias y Denuncias
    • Canales de Atención y Orientación a la Ciudadanía
  • Participa
  • Institución
  • Sector

Inicio > Bogotanitos > Érase una vez > La mariposa

La mariposa

 

Autor: Hans Christian Andersen - Odense, Dinamarca.1805.

La mariposa iba en busca de novia, y, naturalmente, pensaba en una linda florecilla. Las estuvo examinando. Todas permanecían calladas y discretas en su tallo, como es propio de las doncellas no prometidas. Pero había tantas, que la elección resultaba difícil, y no sabiendo la mariposa qué partido tomar, voló hacia la margarita. Los franceses han descubierto que esta flor posee el don de profecía; por eso la consultan los novios, arrancándole hoja tras hoja y dirigiéndole cada vez una pregunta relativa a la persona amada: «¿De corazón?», «¿Por encima de todo?», «¿Un poquito?», «¿Nada en absoluto?», etc. Cada cual pregunta en su lengua, y la mariposa acudió a interrogar a su vez, pero en vez de arrancar las hojas las besaba, creyendo que como se llega más lejos es con el empleo de buenos modales.

-¡Dulce Margarita! -dijo- Es usted la señora más inteligente de todas las flores, y puede predecirme lo por venir. Dígame, por favor, ¿cuál será mi novia? ¿Cuál me querrá? Cuando lo sepa, podré volar directamente a ella y solicitarla.

Pero Margarita no respondió. Se había molestado al oírse tratar de «señora», cuando era una joven doncella, y entonces no se es señora. La mariposa repitió su pregunta por segunda y tercera vez, pero viendo que obtenía la callada por respuesta, emprendió el vuelo, resuelta a buscar novia por su cuenta.

La primavera se hallaba en sus comienzos; en gran profusión florecían las campanillas blancas y los azafranes. «Son muy lindas -dijo la mariposa-, unas pequeñas preciosas, pero demasiado pollitas». Se había fijado en que los mozos las preferían mayores.

Voló entonces a las anémonas, pero las encontró un tanto secas, y luego a las violetas, que le resultaron demasiado románticas. Los tulipanes eran orgullosos; los narcisos, plebeyos; las flores del tilo, demasiado pequeñas y con excesiva parentela. Las del manzano, si bien es cierto que parecían rosas, florecían hoy y se caían mañana, según soplara el viento; sería un matrimonio muy breve, pensó. La flor del guisante fue la que estimó más apropiada; era roja y blanca, fina y delicada, y pertenecía a la clase de las doncellas caseras, que son guapetonas y, al mismo tiempo, saben desenvolverse en la cocina. Iba ya a declarársele, cuando de pronto vio a su lado una vaina con una flor marchita en la punta.

-¿Quién es esa? -preguntó.

-Es mi hermana -respondió la flor de guisante.

-¡Caramba, así es como será usted más tarde!

La mariposa se asustó y siguió volando.

La madreselva florida colgaba sobre la valla. Eran muchas señoritas de caras largas y piel amarilla; no le gustó la especie. ¿Qué le gustaba, pues? Pregúntaselo a ella.

Pasó la primavera, pasó el verano y vino el otoño, y la mariposa seguía sin decidirse.

Las flores llevaban entonces magníficos ropajes; pero, ¿qué se sacaba con eso? Les faltaba el espíritu juvenil, fresco y fragante. El corazón, cuando envejece, quiere aroma, y ésta no se encuentra precisamente en las dalias y las alteas. Por eso la mariposa se dirigió a la menta crespa.

-Verdad es que no tiene flores, pero en realidad toda ella es una flor, huele de pies a cabeza, hay fragancia en cada una de sus hojas. ¡Me quedaré con ella!

Y, finalmente, la solicitó.

Pero la menta permanecía tiesa y callada, hasta que, al fin, dijo:

- Amigos, bueno, pero nada más. Yo soy vieja, y usted también; podemos perfectamente vivir el uno para el otro, pero casarnos, de ningún modo. No cometamos tonterías a nuestra edad.

Y así fue cómo la mariposa se quedó sin mujer. Se había pasado demasiado tiempo buscando, y esto no debe hacerse. Acabó siendo lo que se dice un solterón.

Otoño estaba muy avanzado, con lluvias y tiempo turbio. Un viento frío soplaba sobre los viejos sauces, cuyo interior crujía. No daba ya gusto salir de paseo en traje de verano; pronto se le quitaban a uno las ganas. Pero la mariposa no revoloteaba ya por el campo; por casualidad había encontrado un refugio, con estufa encendida. Reinaba allí una temperatura veraniega, y se podía vivir muy bien.

«Pero no basta con vivir -decía-. ¡Hacen falta el sol, la libertad y una florecilla!».

Y de un vuelo se fue al cristal de la ventana. La vieron, la admiraron y, traspasándola con una aguja, la depositaron en el cajón de las cosas raras. Más no habrían podido hacer por ella.

-Ahora estoy en un tallo, como una flor -dijo la mariposa aunque, bien mirado, no resulta muy agradable. Viene a ser como el matrimonio, uno está bien asentado.

Y con esto se consoló.

-¡Pobre consuelo! -observaron las flores de la maceta del cuarto.

-No hay que fiarse mucho de las flores de matera -dijo la mariposa-; alternan demasiado con las personas.

 

Érase una vez

Hola bogotanitos

  • Biodiverciudad
  • Bogodatos
  • Cuenta la leyenda
  • De la A a la Z
  • El Círculo de la Niñez
  • Juguemos en el bosque
  • Recreacción
  • Érase una vez

top

Servicio a la ciudadanía

  • Atención a la ciudadanía
  • Carta de trato digno
  • Bogotá te escucha
  • Defensor de la ciudadanía
  • Transparencia y acceso a información pública
  • Plan anticorrupción
  • Inspección, Vigilancia y Control a ESAL deportivas y/o recreativas
  • Personería jurídica para los organismos deportivos y/o recreativos
  • Empleo en Bogotá
  • Contáctenos

Entidades de control

  • Personería Distrital
  • Procuraduría General de la Nación
  • Contraloría General de la Nación
  • Concejo de Bogotá
  • Veeduría Distrital
  • Portal de Contratación a la Vista
  • Portal de Contratación - SECOP

Red de páginas del Sector

  • Instituto Distrital de Recreación y Deporte - IDRD 
  • Instituto Distrital de las Artes -IDARTES 
  • Orquesta Filarmónica de Bogotá - OFB 
  • Instituto Distrital de Patrimonio Cultural - IDPC 
  • Fundación Gilberto Alzate Avendaño FUGA
  • Capital Sistema de Comunicación Pública
  • Red Distrital de Bibliotecas Públicas - Biblored

Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte

Cra 8 # 9 -83, Bogotá - Colombia 
Código postal 111711
Conmutador +57 (601) 327 48 50
Horario de atención:
Lunes a viernes 7:30 a.m. a 4:30 p.m.
Correo de contacto con la ciudadanía: correspondencia.externa@scrd.gov.co

Denuncias por actos de corrupción:  Ir al portal Bogotá te Escucha
Notificaciones judiciales

ipv6 ready

Webmail | Intranet | Periódico ciudad viva | Mapa del sitio | Políticas de privacidad y términos de uso | Declaración de accesibilidad 

2022 Alcaldía Mayor de Bogotá D.C © Todos los derechos reservados.