
Los desiertos se originaros hace más de un millón de años debido fuertes cambios climáticos dados a lo largo de dicho lapso. El planeta se fue calentando y las lluvias se fueron retirando cada vez más hacia los polos: esto hizo que los lagos se secaran, el viento se llevó la tierra fértil, y los animales se tuvieron que ir hacia zonas con vegetación donde comer. Esta migración natural llevó a que una llanura extensa y fértil se transformara definitivamente en un lugar árido, seco y con poca vida vegetal y animal.
La ausencia de nubes y de lluvias no solo provoca mucho calor durante el día, sino también un frío intenso en la noche por la falta de vegetación capaz de entregar o retener el calor. Pero como siempre, la naturaleza y el tiempo han sabido arreglar los cambios climáticos y exposiciones a las diferentes temperaturas de la tierra. Así mismo, los animales evitan el calor del día, alimentándose por la noche o en los extremos en que el sol es más suave. Permanecen todo el día escondidos en sus refugios secretos.
Supervivencia en el desierto
Hay animales como las salamandras y roedores del desierto que salen en la noche a alimentarse, al igual que mamíferos como el zorro, linces, hienas y lobos. Cada uno de los animales que habitan los desiertos se clasifican según el continente donde se encuentran. En Australia por ejemplo, se encuentran los canguros y coyotes; también tiene el exótico diablo espinoso, una especie de lagarto pequeño que come hormigas. Las tortugas del desierto salen por las mañanas pero como los reptiles también sufren recalentamiento deben protegerse del sol en África así que buscan zonas con algo de sombra y humedad.
Para refrescarse y aguantar el extremo calor, hay animales que utilizan líquido ya sea de las plantas que viven allí o del rocío que deja el amanecer: así enfrían las partes de su cuerpo. Hay animales que utilizan el jadeo, evaporando la saliva que así enfría su boca y garganta.
Otros lamen sus partes, como la tortuga; otros más orinan sus patas para sentir humedad. Las serpientes y lagartos, o salamandras, se entierran en la arena para refrescarse. Las aves no tienen tanto problema porque las plumas son un excelente aislante; y como se desplazan más rápido, pueden alcanzar con cierta facilidad las fuentes de agua.
Nuestros desiertos
En Colombia contamos con tres desiertos: uno ubicado en el departamento del Huila conocido como el Desierto de la Tatacoa, y queda cerca de la ciudad de Neiva. El segundo, es el Desierto de la Candelaria que está ubicado en el departamento de Boyacá, cerca de Villa de Leiva; allí podemos encontrar varios fósiles, pinturas rupestres, cascadas y cuevas. Por último, está el Desierto de la Guajira, que queda al norte de Colombia. Allí podemos encontrar una gran reserva de carbón, explotado en una zona conocida como El Cerrejón. En este desierto vive un grupo de indígenas llamados Wayuu que conviven con una gran variedad de flora y fauna del desierto.
Los desiertos provocados por el hombre
¿Sabías que muchos de los desiertos que existen en la tierra han sido creados por los seres humanos? Más adelante te contaremos cómo. Claro está, hay desiertos que son naturales, sitios donde la vegetación y la fauna son diferentes y cada una de las especies se han adaptado a ese tipo de clima y suelo.
Las plantas del desierto están expuestas a la falta de agua, a temperaturas muy elevadas, vientos secos, y por lo tanto sufren de sequía. Pero como estas plantas son especiales para vivir en suelos y sitios calurosos y secos, cuentan con una serie de órganos especiales llamados 'suculentos' que están llenos de agua, permitiéndole a las plantas tolerar la aridez del lugar donde viven.
Los cactus pertenecen a la familia de las plantas suculentas. Existen más de 2.000 especies, la mayoría son de América del Norte y América del sur. Algunos cactus puede almacenar cerca de 3.000 litros de agua en sus tallos para poder sobrevivir durante la temporada más seca de su región. Esas épocas de sequía pueden durar varios años.
Para que las plantas suculentas puedan almacenar todos esos litros de agua, ellas no crecen tanto y su forma es enrollada o circular y tienen hojas espinosas. Existen también en los desiertos otra clase de plantas que son redondeadas: algunas tienen el aspecto de un cirio pascual o vela grande, otras se parecen a una raqueta de ping pong. Debido a esta forma, pueden tener un tallo con más volumen para minimizar el contacto con el aire seco que sopla en esos lugares y hace que la planta esté protegida de los rayos directos del sol.
Resulta que la tierra tiene una capa protectora que es el suelo. El suelo permite que las plantas se nutran con los elementos que extraen por medio de sus raíces. Y luego los animales se pueden alimentar con esos vegetales o de otros animales. Como te das cuenta, todo es una gran cadena de la vida.
Pero el suelo no sólo ha servido para que la naturaleza se alimente y pueda sobrevivir. El hombre y la mujer ha debido utilizar el suelo para plantar su propio alimento. Dicen que los antiguos romanos talaron árboles de los bosques cercanos al mediterráneo para construir sus máquinas de guerra y cultivar alimentos.
A principios del siglo diecinueve la industria maderera se encargó de explotar los bosques que quedaron sin talar en el Mediterráneo, dejándolos en riesgo de desaparecer. Así es como nosotros, los seres humanos, terminamos creando desiertos y daños al refugio de muchas especies de plantas y animales.
Cada minuto desaparecen aproximadamente 20 hectáreas, que equivalen a treinta canchas de fútbol, de bosques en regiones tropicales y subtropicales. Pero hay algo más grave todavía: la comercialización de especies de animales y plantas, también ocasionan que el suelo de la tierra cambie.
Otro factor que genera que en nuestro planeta haya desiertos provocados por el hombre, son los incendios forestales. Estos incendios son ocasionados por personas que van de paseo a las montañas, encienden fogatas y no las apagan. Prenden cigarrillos y luego tiran las colillas encendidas al suelo. Dejan vidrio, o simplemente hay quienes compran fincas y por descuidos involuntarios se incendian sus cultivos de pasto, arroz y trigo. Recuerdas que hace poco hubo varios incendios forestales en los alrededores de Bogotá? El exceso de calor y la falta de cuidado de la gente fueron los causantes.
Lo más importante es que ya muchas naciones en el mundo se están preocupando por todo el daño que hemos hecho en las tierras. Se han dado cuenta que tener tantos desiertos en nuestro planeta no es bueno, porque hay menos especies de plantas y animales y nuestro ecosistema debe tener un equilibrio entre sus especies. Por eso se están creando nuevos parques nacionales y los que ya existen, los están cuidando, mejorando y conservando.
Recuerden Bogotanitos, el Planeta Tierra es nuestra casa y si no la protegemos, no tendremos dónde vivir. Por eso, ayuda a sembrar nuevos árboles, flores y plantas. No malgastes el agua porque vivir en un desierto es muy difícil, es un asunto casi imposible.