
Las hormigas son insectos que nos enseñan no sólo a trabajar, sino también a vivir en comunidad. Las hormigas viven en grupos muy numeroso, cada grupo cuenta con la reina madre, quien es la encargada de gobernar y organizar todo un imperio.
El peso de la reina madre es igual al de unos granos de sal. Sin embargo, ella junto con otras reinas y sus imperios a nivel mundial, equivaldrían al peso de los 7.000 millones de personas que viven en el nuestro planeta.
Las reinas y sus crías viven en grandes sociedades, en las que practican actividades que van desde tácticas de guerra hasta la agricultura, la caza y el pastoreo. Exactamente, ellas hacen estas actividades para poder sobrevivir ante las inclemencias del clima, terremotos, tsunamis, huracanes, inundaciones, entre otros fenómenos de la naturaleza.
Las hormigas viven en casi todos los rincones del planeta, especialmente los bosques, prados y montañas. Encima de los árboles de la selva o del parque que visitamos, si nos damos cuenta, constantemente fluye una sociedad casi perfecta. Existen un sin número de especies de hormigas que fácilmente pueden estar viviendo en un solo árbol.
Por supuesto que existen varias especies de hormigas que no conviven con otras por ser más ágiles y tener largas patas, son demasiado agresivas, cuando toda la colonia está reunida parece como si el árbol se estuviera incendiando.
Otra especie de hormigas son las tejedoras, porque hacen sus nidos del tamaño de un balón de fútbol entre las ramas, entretejiendo las hojas. Cada colonia de estas hormigas habita de media docena a más de 100 nidos muy juntos, formando una gran ciudad. Una jerarquía de soldados y trabajadores mantienen y defiende este territorio, que se extiende desde las copas de los árboles hasta el suelo del bosque, manteniéndose en sincronía a través de una comunicación constante.
¿Sabes cómo se comunican las hormigas?
Se tocan las bocas unas con otras, también utilizan sus patas anteriores o antenas. Emiten aromas con diferentes glándulas para enviar distintos mensajes. Despliegan una conducta para advertir de un enemigo que se aproxima, por ejemplo, sacuden sus cuerpos en una especie de pelea.
Esta especie de insecto, nos enseña a construir grandes cosas desde lo más pequeño, además del trabajo en comunidad para alcanzar un solo objetivo: "sobrevivir". Un ejemplo de cómo trabajar en grupos es: cuando una hormiga está sola y quiere enrollar una hoja, ella se para en un extremo de la hoja y se estira para alcanzar el otro extremo. Si la distancia es muy larga, espera a que llegue otra hormiga y le ayude, si con dos hormigas no es suficiente, llega otra y así sucesivamente van llegando las demás hasta alcanzar enrollar la hoja y poderla transportar. Que no se olvide que la primera hormiga sostiene la segunda, y cada una va sosteniendo las que llegan, como armando un tejido entre ellas.
¿Sabías que las hormigas ayudan a la reina con sus crías?
Una reina que es doblemente más grande que una hormiga normal y es la encargada de producir los huevos. Cuando éstos se convierten en larvas, eclosionan (salen). Algunas de las hormigas trabajadoras se encargan de alimentarlas, limpiarlas y transportan unas cuantas a guarderías en otros nidos. Una reina puede vivir años, la hormiga trabajadora, sólo unos cuantos meses.
Es así y de otras maneras como las hormigas trabajan, para su propio bienestar. Tal vez sean una herramienta de aprendizaje para aquellos que todavía no pueden trabajar en equipo, para aquellos que son egoístas y que sólo piensan en su propio bienestar. Las hormigas nos pueden molestar cuando vamos de picnic, vamos de caminata ecológica o simplemente estamos en la casa de campo. Sin embargo, hay que entender que ellas también hacen parte de una cadena alimenticia y por su puesto de nuestro planeta, al igual que nosotros los seres humanos.