Mujeres creadoras: una oportunidad para el cambio

Lideresas, cantantes, fotógrafas, artesanas, bailarinas, deportistas, artistas, así son las mujeres creadoras que día a día desde su labor transforman la vida y el mundo. Suman su mirada y su talento para contribuir a que en Bogotá haya mejores oportunidades.

En el Día Internacional de los Derechos de las Mujeres, queremos que conozcan a doce mujeres que son representación de Bogotá. Bienvenidas y bienvenidos a este especial para y por las mujeres creadoras.

- secretaría de cultura, recreación y deporte




Vanessa MÁrquez

Una mujer afro que cuenta las historias de su comunidad

Darle visibilidad a las comunidades afrocolombianas, raizales y palenqueras, sin prejuicios ni estereotipos. Esa es la motivación de Vanessa Márquez, directora de la Revista Vive Afro. Esta mujer, día a día busca darle voz a la ciudadanía para que los lectores de este medio de comunicación, conozcan de primera mano sus historias.

Para Vanessa, ganadora de la beca Decenio Afrodescendiente 2020 de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, las mujeres de su comunidad han desarrollado un papel muy importante en la preservación de la cultura de nuestras comunidades. En un porcentaje muy alto, son nuestras mayoras, quienes han transmitido la cultura a las siguientes generaciones a través de la música, la danza, la comida. Eso ha permitido que la cultura negra, a pesar de que se ha transformado con el paso del tiempo, sea una de las más ricas del mundo”.

Con su medio de comunicación, esta mujer se ha convertido en una de las representantes de las mujeres periodistas afrocolombianas. Precisamente por eso, Vanessa invita a todas las mujeres a “que encuentren esa motivación que les mueva el corazón, que participen en diferentes espacios en donde puedan poner su voz de manifiesto. Además, es importante tener empatía para entender las necesidades del sector y la comunidad, así como buscar alternativas de solución a las problemáticas que se presenten”.





Ángela Chiguasuque

La reivindicación de la identidad de los pueblos indígenas

La lucha por los derechos de la comunidad muisca de la localidad de Bosa y de sus mujeres, es lo que motiva a levantarse todos los días a Ángela Chiguasuque, gobernadora de este cabildo indígena, el más grande dentro de Bogotá.

Su defensa por los derechos de las mujeres consiste en reivindicar su papel en la comunidad, en pro de mantener su cultura, ancestralidad e identidad, y que esta sea transmitida a los niños y niñas desde el diario vivir. Por eso, uno de sus grandes objetivos es “promover nuevos liderazgos que nos lleven a ser más creativas, dinámicas, solidarias y replicadoras de la importancia de ser mujer”.

“Para mí ser mujer es perseverancia, sueños, lucha, cultura, vida, valentía, identidad, trabajo, tranquilidad, armonía, dulzura, paciencia, espontaneidad, fuerza entre muchas más virtudes. Ser mujer es tener la capacidad de luchar día a día por fortalecerse desde el ser propio, la familia y la comunidad”, dice Ángela.

Lo que más destaca de las mujeres de su comunidad es la persistencia y dedicación para defender la identidad a través de los procesos culturales: “Niñas, jóvenes, mujeres y mayoras, todas y cada una de nosotras, aportamos desde nuestros pensamientos y acciones al crecimiento de nuestras comunidades. Todas sumamos a la labor diaria de reivindicación, apropiación y fortalecimiento de nuestros territorios, la cultura y la identidad de los pueblos indígenas”, dice esta lideresa social.

Claribeth Oviedo

La fuerza del amor de las mujeres creadoras

“Ser mujer es tener la posibilidad de sentir y percibir todo con unas fibras más agudas. Es sinónimo de fortaleza, de resistencia, de transformación de realidades en el día a día para sembrar y tejer una sociedad equilibrada en todos los ámbitos”, así habla Claribeth Oviedo, lideresa de la Corporación Cultural Bacatá de Ciudad Bolívar.

Claribeth, al igual que las mujeres de su comunidad en la parte alta de la localidad 19, contribuye a repensar el rol de la mujer en la sociedad, y aporta a la independencia económica de las mujeres, a través de encuentros de saberes como la cocina ancestral, el tejido, la fotografía, los derechos humanos, entre otros.

“Nos reunimos cerca de veinte mujeres todos los domingos. Sin embargo, desde hace un tiempo hemos incluido la participación de niños y hombres lo que ha permitido ver las nuevas masculinidades y la transformación de realidades complejas para las mujeres”, comenta Claribeth.

A través de la Corporación Cultural Bacatá, Claribeth y sus compañeras, luchan día a día porque haya relaciones más equitativas a nivel social, cultural y político, para las mujeres víctimas del conflicto armado, y las migrantes de Venezuela del asentamiento 12 de la Vereda Quiba.

Para esta joven mujer, las mujeres en la cultura son esa fuerza del amor y capacidad de tejer pensamientos y relaciones en todos estos escenarios que las mujeres se han ido ganando y luchando, lo que nos lleva a asumir el arte con disciplina y convicción.

“Continuemos tejiendo relaciones desde el amor, la sabiduría y la convicción, para que tengamos claro que el arte y la cultura son dos herramientas muy potentes en la transformación de realidades de nuestras comunidades y también de la sociedad”, finaliza Claribeth.

Amparo Morales

La tradición y el cuidado del territorio rural

Desde que tiene uso de razón Amparo Morales ha amado el campo y se ha preocupado por ayudar a los demás. Es una de las mujeres campesinas de la localidad de Usme, nacida y criada en la vereda La Requilina, a la que ha defendido en unión con otras mujeres.

“Fuimos las mujeres las que nos opusimos a que construyeran viviendas aquí en nuestra zona verde”, dice Amparo, quien desde los 12 años empezó a participar en los consejos comunales.

Tras ser una de las lideresas de la Corporación Campesina Mujer y Tierra, que surgió en oposición a proyectos urbanísticos en el 2000, ahora es una de las mujeres que con su finca hace parte de la Ruta Agroturística La Requilina, un proyecto para promover la cultura campesina y la siembra amigable con el medio ambiente. Allí cosecha zanahorias, cilantro, hortalizas, y moras 100% orgánicas.

“Hay nueve fincas, y cada una tiene algo para mostrar: una de ellas tiene la casa más antigua, de más de 120 años, y es un museo de elementos del campo. Las guías del recorrido somos nosotras las mujeres, aunque nuestros hijos y esposos ya están más apropiados del tema y también nos ayudan”, cuenta Amparo.

Pero el trabajo de esta mujer creadora no para ahí, también coordina un grupo de 23 niños y niñas y otro de 10 adultos mayores, para que aprendan danza, música y teatro. El grupo infantil se llama ‘Semilleritos del Cuidado’, y el próximo proyecto que tienen entre manos es realizar un vagón de tren con botellas de plástico para hacer un ejercicio de memoria en La Requilina, donde funcionó una importante estación de ferrocarril entre 1914 y 1931.

Claudia RocÍo Camargo

Un trascender para las mujeres guardianas de vida

Claudia Rocío Camargo es una mujer campesina que lidera el colectivo de mujeres Red El Destino, en Usme.

“Tengo muchos proyectos culturales para mi vereda y estoy tratando de que más mujeres se interesen por la cultura”, cuenta. A raíz de este pensamiento creador, hace unos meses desarrolló la “Ruta Muralista Patrimonial: Rastros Campesinos en Manos de Mujeres”, que consistió en pintar murales en diferentes veredas de la localidad 5, con un intercambio de saberes campesinos, intergeneracionales y también urbanos ¡Toda una novedad en este lugar!

“Mi mayor motivo es rescatar muchas costumbres campesinas que se están perdiendo y el interés de enseñarles a las nuevas generaciones. Destaco la perseverancia y las ganas de enseñar que tienen las mujeres del colectivo”, dice esta lideresa.

“Ser dadoras de vida y guardianas de ella por naturaleza es una gran bendición y tenemos que mantener las tradiciones que nos identifican como mujeres guardianas”, afirma Claudia, pues para ella, la cultura es la vía que permite que los pueblos trasciendan.

Elena Restrepo

Creadora a través de la danza

Mujer, bailarina, creadora: ella es Elena Restrepo, directora del Colectivo de Danza TANZ, un proyecto artístico en donde, como ella lo define, su “amor por las artes y la danza llegan con diferentes eslabones como la formación a través del ballet, y la creación de piezas dancísticas en espacios itinerantes”.

Elena ha podido llevar su proyecto a otro nivel enseñando danza experimental a niños y niñas, lo cual ha permitido construir espacios interdisciplinares en la localidad de Suba. Además, la fiel creencia de que el arte debe estar al alcance de todos y todas, sin importar las circunstancias, la ha llevado a escribir la historia de la cultura en Bogotá.

Para esta creadora, las mujeres en la cultura han promovido un cambio en la forma de percibir el arte pues han inspirado, emprendido y creado nuevos proyectos que permean la sociedad. “Para mí, ser mujer significa creación, alegría, bondad y, sobre todo, la capacidad de entender más allá de la razón, con la espiritualidad que nos caracteriza, y esta forma de ver el mundo con ojos y sensaciones distintas, se debe a ser mujer”.

Su mensaje para todas las mujeres en este 8 de marzo es: “el conocimiento es poder, y si puedes llegar a la sociedad con pasión, y sobre todo disciplina, a través del mensaje que transmitimos con el arte, podemos ayudar a los demás”.

Isabella Bernal

La contadora de historias

Isabella Bernal, es fotógrafa y periodista, y en sus palabras “más que una fotógrafa o una escritora, soy una contadora de historias”. Como la define un buen amigo suyo, es una anfibia que camina en el periodismo pero se mueve en las aguas de la fotografía.

La fotografía es un medio que le ha dado a esta artista la posibilidad de ver una realidad y retratarla de muchas maneras. “Encuentro en la cámara una manera de construir historias y crear nuevos mundos. En un país como Colombia, necesitamos más miradas, más puntos de vista; necesitamos reconocer las distintas subjetividades como válidas y respetarlas”.

‘Verde como el oro’, un documental que explora la brecha que existe entre el mundo legal y la realidad territorial, ha sido uno de los proyectos más destacados de Isabella, donde se muestra la visión de desarrollo que existe en Colombia y los dilemas ambientales que surgen de ese desarrollo.

Para Isabella, “deberíamos ser cada vez más mujeres en posiciones de liderazgo, en los múltiples trabajos y oficios que existen en la sociedad. Cuando logremos la igualdad de oportunidades, esa paridad que tanto necesita la estructura patriarcal en la que crecimos, podremos decir que estaremos construyendo una sociedad más democrática e igualitaria”.

El mensaje de esta contadora de historias para las mujeres es: “construyamos liderazgos donde se reconozcan los cuidados hacia nosotras, hacia los demás y hacia el planeta, donde practiquemos la horizontalidad en la comunicación”.

Lorena Duarte Bedoya

El mundo es trans… transformador

Soy Lorena Duarte Bedoya, una mujer transexual, y actriz en la obra “La Casa de Bernarda Alba” de Federico García Lorca en versión trans. Me motivó a trabajar en esta obra el ejercicio político que vengo desempeñando desde hace varios años como lideresa, como activista por la defensa de las identidades trans.

Destaco de las mujeres en la cultura, la creciente visibilización en el arte. Hoy en día es interesante la nueva generación de mujeres que trabajan desde sus diferencias y diversidad que trabajan desde la creación, desde el arte, lo cual tiene una connotación completamente política donde se deconstruyen los patrones heteronormativos de poder hacia la mujer y hacia las identidades de género no hegemónicas.

Ser mujer es libertad, ser mujer es la posibilidad de poder desarrollar mi sensibilidad como siempre lo había querido, a través del arte y del quehacer diario, cotidiano. Ser mujer significa cuidado y una responsabilidad muy fuerte con el tema del planeta. Las mujeres construimos desde el amor, desde la empatía, desde el respeto por la vida.

Mujeres, sigan luchando y visibilizando lo que hacen que sigan transformando el mundo, el mundo es trans… transformador. Sigamos posicionando los derechos, luchando por la igualdad de género, por una sociedad más equitativa y justa. Sigamos luchando por la vida.


Paula Casas

Lideresa y gestora cultural en el suroriente de Bogotá

Paula Casas es directora del Colectivo Archipiélago y, en sus palabras, se identifica como una mujer lesbiana, aprendiz de agricultora, cuidadora de animales no humanos, y gestora cultural del suroriente de Bogotá. Tiene 14 años con el colectivo trabajando por la defensa de los derechos de los sectores sociales LGBTIQ+.

Ha impulsado varias apuestas dentro de las que destaca “Palabras para la Memoria”, un ejercicio de recopilación de la memoria histórica de los sectores sociales LGBTIQ+ del suroriente de Bogotá, proyecto ganador del Premio a la gestión y promoción de la cultura ciudadana 2021, en la modalidad de organizaciones sociales.

“Los sectores sociales LGBTIQ+ y especialmente las mujeres diversamente sexuales del sur de Bogotá, hemos sido aún más invisibles por razones de un sistema heteronormativo. Nuestras historias, necesidades y sueños han forjado nuevas formas de relacionarnos, crear familias y comunidad, por esta razón, encontramos fundamental recopilar estas memorias para no solo hacerlas visibles, en una suerte de contar que estamos existiendo, sino que además, como una forma de mostrarle a otras generaciones lo valioso de quienes han estado antes de nosotras y nosotros, sus luchas y sus historias”.

Para Paula, las mujeres son la fuerza de la vida, creadoras de líneas culturales desde la comunicación, quienes enseñan en primera instancia dichos saberes. Son portadoras de un legado que requiere cambios, nuevas formas de concebir y de romper con un sistema heteropatriarcal, machista y misógino.

“Es nuestro deber ir desenmascarando una cultura violenta y grotesca, que ha destruido nuestra salud física y mental, y aminorando nuestras necesidades, por eso las mujeres nos encontramos para luchar”.

Ruth Riascos Angulo

Una rebelde con causa

Soy Ruth Smelly Riascos Angulo, nacida en el Anchicayá una vereda de Buenaventura, registrada en Cali, mi madre es de Tumaco y mi padre Bonaverense, tengo Pacífico por las dos puntas. Mi proyecto consiste en no callar lo que se siente, en siempre enfrentar lo que está mal, hago rap, salsa, hip hop, dancehall y la música afro tradicional, he creado letras de mi propia historia como mujer negra, madre cabeza de familia y víctima del conflicto armado.

Lo que me llevó a liderar esta acción fue el machismo, lo viví desde mi casa, desde ahí aprendí a no tenerle miedo a los hombres, porque mi madre venía de una familia donde la mujeres eran las que atendían a los hombres y yo me crié en otra generación y conmigo querían continuar ese código, yo lo que hice fue “rebeldizarme”, dije no voy a permitir ser amedrentada por nadie y desde mi casa aprendí eso y al que tenga que decirle la verdad se la digo porque nosotras merecemos respeto.

Las mujeres para la cultura somos la albacea de saberes, depositarias de tradiciones de ese espíritu femenino que acoge y protege.

Ser mujer hoy implica desafíos enormes, en un país donde hay mucho machismo y que ha normalizado las conductas violentas hacia las mujeres, ser mujer nos obliga a reconocer más que avances, a la coyuntura, a la historia y las precursoras, implica ser conscientes del camino andado para luchar por una sociedad más justa en plena igualdad.

Para otras mujeres el mensaje es nutrir los pensamientos que nos hagan sentir seguras, encontrar inspiración en otras mujeres exitosas, reconocer talentos y utilizarlos, invertir tiempo en desarrollar relaciones y dejar salir tu voz.

Yenny AlarcÓn

Amante de la escritura y la enseñanza

La escritora, editora y antropóloga Yenny Alarcón, es representante del proyecto “Escribir para la Vida”, una propuesta que promociona la escritura de las mujeres rurales del Verjón Alto y Bajo de Bogotá, donde se busca que las personas puedan apropiarse de su voz, por medio del taller de escritura y de edición horizontal, a través de un trabajo colectivo para lograr textos de gran calidad.

“La escritura provee voz y perdurabilidad, por eso es muy importante como herramienta de comunicación, de paz y de resolución de conflictos” precisa.

Yenny es una amante de la enseñanza. “Son los talleres de escritura para no escritores, los que ayudan a los habitantes de Bogotá a tener esa voz por sí mismos, sin esperar a que un escritor lea, haga una crónica o un testimonial; son ellos mismos los que narran las historias que quieren contar”.

El mensaje de Yenny para las mujeres es “siempre hay que seguir adelante, porque ser lideresa, ser mujer, ser gestora cultural no es fácil, pero eso no es impedimento para lo que hacemos”.

Natural High

El activismo como una forma de vida

Yo soy Natural High, artista, activista, feminista, lesbiana, defensora de derechos humanos. Yo hago perreo feminista, soy rapera y le apuesto a incursionar en varios ritmos, mis letras hacen una invitación a la movilización de las mujeres, a la defensa de la vida.

Mi música lleva a motivar a las nenas a que salgan a las calles, estoy convencida de que las mujeres, como las aguas, cuando se juntan crecen. Esa es mi invitación, a que nos juntemos, nos acompañemos, a que no seamos competencia sino compañeras y desde ahí he decidido entregarle mi vida, mi activismo, mis formas y todo mi amor a las mujeres como un acto político.

Nosotras somos el resultado del camino que otras ya han caminado. Las nenas que le camellan a crear conciencia son muy tesas, son admirables, son referentes y a eso hay que apostarle, ser un referente positivo para las nuevas generaciones.

Ser mujer es un orgullo muy chimba, invitar a las compañeras a radicalizarse contra las violencias, a combatirlas, a unirnos, a la juntanza feminista. Cuando nosotras nos paramos duro y empezamos a dar pautas para la toma de los espacios todo es mucho más fácil. Somos muchas, no nos sintamos solas, estamos todas en todo lado y haciendo de todo. ¡Sigamos rompiéndola! La mejor acción es la que no se posterga, es la que se hace real.